Zapatero

Era una batalla perdida encontrar un zapatero, no muy grande, para el hall. El que no encajaba de estilo, no lo hacía de tamaño o de precio....y, después de mucho buscar, decidí utilizar unos tableros de una tarima de roble que tenía y ponerme manos a la obra.
Lo primero fue separar los listones machihembrados, y limpiar toda la suciedad que se había acumulado entre ellos. Y claro, retirar todos los clavos que había.

Con los tablones ya limpios y lijados, empezamos a montar el cuerpo del zapatero.


Con dos puertas y tres baldas interiores.

Con una plancha de ocumen por detrás, suficiente para el cuerpo del mueble.



Ponemos las bisagras en las puertas


Para darle un poco de gracia, un marco alrededor de la tapa superior 



Una veladura de verde oliva, que se vea el color pero también la preciosa veta de la madera.

Vamos con la cera, neutra, que reaviva mucho el color del mueble



Y para las puertas, un junquillo para decorar como si hubiese un cajón y la puerta debajo.


De otro mueble tenía unos tiradores. Simplemente limpiarlos y dejar que saliera el dorado original.

Vamos a montarlo!

 

Ya lo tenemos!. Perfecto de tamaño para el rincón de la entrada.





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