Cuando encontré la silla, me comentaron que seguramente era la silla de un maestro. Con muchos años encima (seguramente es de los años 50), podría ser también la silla típica industrial de una fábrica. Sea como sea, se regula en altura y el respaldo es reclinable. Una joya que sólo necesitaba una maño de pintura (los tubos de hierro estaban desgastados y algo oxidados) y restaurar la madera. Ha merecido la pena!
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| Así estaba cuando la encontré. La madera bastante estropeada y las patas algo oxidadas. |
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| Empezamos desmontando las piezas. |
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| Algunas partes tenían la madera levantada o con fisuras, así que lo rellené con pasta de madera. Luego, bien lijado y teñido, y no se nota nada. |
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| Parte trasera del respaldo. |
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| Los pies, de hierro, preparados para pintar de negro metalizado |
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| No se aprecia muy bien pero estaba con bastantes manchas y alguna parte levantada. |
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| Así que a pegar y rellenar las fisuras. |
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| Un buen lijado, y sale la veta natural de la madera |
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| Y vamos con el tinte. Esta vez, color nogal. |
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| Madera teñida y hierro pintado. |
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| Una capa de barniz protector neutro para madera |
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Y lista!.
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